Gigafactorías para la producción de baterías: cómo ganar terreno

SICK lleva más de diez años suministrando soluciones para al control de calidad en la producción de baterías. Ahora estamos reuniendo todas las experiencias recogidas para cooperar con los fabricantes de baterías europeos, ya que Europa desea ganar terreno en el sector estratégico de las baterías.

Hasta hace pocos años, en occidente se trasladaba la producción a Asia porque allí los costes eran menores, y en Asia se beneficiaban de los conocimientos tecnológicos que iban adquiriendo. No obstante, EE.UU. y Europa seguían manteniendo su ventaja tecnológica. Pero las empresas asiáticas dominan ahora sectores de importancia estratégica como la producción de baterías y las empresas de Europa y EE.UU deben realizar un gran esfuerzo para mantenerse competitivos. Es una pugna entre dos sistemas.

Esta es la competición que se puede observar en Europa actualmente. Según el Instituto Fraunhofer, la producción de baterías podría multiplicarse por diez en el continente hasta el año 2030 y crecer así hasta los 1,5 teravatios-hora. Docenas de fabricantes de baterías han anunciado la construcción de gigafactorías. Ahora son los líderes de mercado asiáticos los que desean apoderarse del mercado de automóviles europeo. Pero los europeos no se han quedado dormidos. Desean ganar terreno en la producción de baterías y levantar sus propias fábricas. En los vehículos eléctricos, el motor no es ya su característica principal, sino las complejas baterías.

Aquí es importante conseguir que las baterías se fabriquen lo más cerca posible de las plantas de producción de vehículos, ya que una batería de automóvil con sus centenares de células pesa fácilmente media tonelada, que además se considera mercancía peligrosa para el transporte. A nadie le apetece transportar una carga así por medio mundo.

“Los europeos se encuentran frente al desafío de producir con mayor eficiencia que sus competidores asiáticos”, afirma Philipp Mutz. Los fabricantes asiáticos pueden permitirse unas menores tasas de productividad, ya que obtienen sus materias primas a un precio más bajo, lo cual ya les proporciona una posición ventajosa en el mercado. Y la eficiencia no es fácil de alcanzar. Muchos fabricantes europeos deben luchar contra unas altas tasas de desechos a la hora de arrancar su propia producción de baterías.

SICK lleva más de diez años suministrando tecnología para la automatización, el control de calidad y la seguridad en las máquinas. Al principio, la innovación estaba centrada en las baterías para smartphones. Con el sensor de doble capa IDF, los usuarios podían asegurarse de que el manipulador agarrase correctamente las distintas capas de láminas de electrodo. Este sensor se sigue utilizando hoy en día, actualmente también en la producción de baterías para vehículos eléctricos. “Esto nos muestra de dónde venimos”, explica Philipp Mutz. Y son indicios que nos dejan vislumbrar el futuro.

Desde entonces, las tecnologías de casi todos los sectores de la gama de productos de SICK se utilizan en la producción de baterías. Para hacer frente a los nuevos y cambiantes procesos de producción de baterías, SICK continúa desarrollando su tecnología y, por ejemplo, ha incorporado a su gama Surface+, una solución única y patentada que se utiliza para el control final de las células de baterías. Las empresas europeas que desean ganar terreno en el mercado de las baterías apuestan también por esta tecnología.

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