El conflicto armado que impera en la República Democrática del Congo y los estados limítrofes se financia con la extracción de determinadas materias primas. Las milicias controlan las minas y trafican en todo el mundo con los llamados “minerales de zonas de conflicto” (principalmente oro, tantalio, wolframio y estaño, también conocidos como “minerales 3TG”), obtenidos mediante graves violaciones de los derechos humanos.
En EE. UU., algunas empresas ya están obligadas por ley a informar de si se han abastecido con minerales 3TG procedentes de la región en conflicto, y en qué medida lo han hecho. Esta medida tiene por objeto garantizar que en el futuro solo se puedan adquirir y comercializar minerales 3TG libres de conflicto, y su éxito radica fundamentalmente en establecer un sistema de fundición certificada. En este sentido, el reglamento de la UE en materia de minerales originarios de zonas de conflicto también prevé la obligación, por parte de las empresas de fundición, refinerías e importadores de materias primas, de emitir informes y certificados al respecto.
Si bien SICK no está sujeta al régimen de obligatoriedad estadounidense ni al de la Unión Europea, la compañía asume el objetivo de fondo (evitar la financiación de grupos militares que violan los derechos humanos) y apoya expresamente su consecución. SICK está trabajando para garantizar que en sus productos solo se usen minerales 3TG libres de conflicto y, en este marco, aboga expresamente por la instauración del programa Responsible Minerals Assurance Process (RMAP) del Responsible Minerals Initiative (RMI).